España 2024
más lejos, más alto
El concepto de “Las Cumbres Aprende” es intencionalmente amplio y tiene en su fundamento dos valiosos elementos: la constancia y la simetría. Constancia para repreguntar y repensar frente a los desafíos de nuestro tiempo y de nuestro mundo y la simetría de saber que alumnos, maestros y directivos somos todos aprendices.
Así fue que a mediados de febrero tuvimos la oportunidad de emprender una nueva experiencia de aprendizaje. Comenzamos con una capacitación de la Escuelas Trilemas para Alta Dirección que combinó visitas a tres colegios de perfiles muy distintos de las Escuelas Trilema, con momentos posteriores de reflexión y conversación con los equipos directivos de esas escuelas y directivos de otras escuelas de la red que también participaban de la capacitación. Fue muy enriquecedor ver la puesta en práctica del modelo Trilema desde nivel inicial hasta nivel secundario. Nos encontramos aquí con directivos y maestros entusiasmados y generosos para compartir sus experiencias, con una mirada comprometida e inquieta que mucho nos hizo acordar a nuestros maestros en Las Cumbres. Hay algo muy potente en encontrar inquietudes similares a tantos kilómetros de distancia, poder ser testigo de búsquedas que den a los alumnos de hoy un lugar central y ver que aún dentro de las limitaciones que siempre existen hay un mundo de posibilidades.
Nuestro paso por Madrid continuó con la participación de las jornadas de Escuelas que Aprenden organizadas por la Fundación Trilema también. Nos encontramos con muchos maestros y profesores de escuelas de la red y durante dos días y medio compartimos ponencias y talleres sobre cómo pensar la Inteligencia Artificial desde la educación, en las aulas. Nos fuimos de Madrid con nuevas preguntas y nuevas respuestas. Listas de libros por leer y charlas por tener. Entusiasmadas con nuevos desafíos y enriquecidas por las miradas de tantas personas comprometidas con sus alumnos y con aprender; ellos y nosotros también aprendices.
Durante la segunda semana de nuestro recorrido visitamos, primero en Madrid y luego en Barcelona, un conjunto de colegios con un adn innovador. Colegios que sin pertenecer a una red en particular tenían un camino marcado por la necesidad de reinventarse, de dar respuesta en ambientes más vulnerables y en ocasiones de repensarse como condición para seguir siendo colegio. Conocimos maestros muy jóvenes y otros muy experimentados en ambos casos inspirados por nuevos escenarios, nuevas posibilidades y, por sobre todo, por el crecimiento de sus alumnos. Empezamos un lunes visitando la escuela Ideo en la afueras de Madrid comprometidos con el desarrollo integral de sus alumnos y con fuerte vinculación con las familias de la comunidad. Ya en Barcelona, visitamos el Angeleta Ferrer bajo la conducción de Boris Mir, quien nos visitara en 2023 en su paso por Buenos Aires. Pudimos conocer de primera mano la que posiblemente haya sido la más disruptiva de las visitas que hicimos. Un instituto secundario donde el trabajo autodirigido y multiedad marcaban el ritmo del trabajo en las tardes luego de mañanas con aprendizaje por proyectos; y una mirada sobre el aprendizaje de los alumnos pensada en cuatro dimensiones: cognitiva, social, emocional y ética. Llegamos luego al Octavio Paz, una escuela de nivel inicial y primario únicamente donde la innovación llegó de la mano del desafío de continuar siendo una escuela y encontraron la manera a través de la transformación, la formación y el aprendizaje para la vida como ejes principales. Acompañadas por Coral Regi, llegamos a la Escola Puig en las afueras de Barcelona donde pudimos ver experiencias en los tres niveles que fueron realmente inspiradoras escuchando a docentes, directivos e inclusos directivos ya jubilados que continuaban su vinculación con la escuela y su comunidad. Para terminar con broche de oro nuestro viaje de aprendizaje, tuvimos una jornada de capacitación en evaluación en el Colegio Montserrat con un foco especial en el portfolio como herramienta de evaluación. Un colegio querido especialmente por nosotras luego de los tres años de formación en Buenos Aires con la madre Montserrat del Pozo y a la vez muy admirado por su gran obra no sólo en España sino en el mundo, llevando esperanza en rincones especialmente vulnerables.
Hay semanas que pasan décadas, dice el dicho. Esa fue la sensación a nuestra vuelta, una sensación que continúa hoy. El valor de ver la transformación en las aulas, de escuchar a los chicos reflexionar sobre su aprendizaje, de poder hacer preguntas directamente a maestros, alumnos y directivos y que sean respondidas con la mayor generosidad posible es algo difícil de cuantificar. Así como también lo es la sensación de que en otros lugares, más cerca o más lejos hay personas que comparten con nosotros la misma inquietud, la misma pasión y el mismo deseo de dar a nuestros chicos las mejores herramientas y los mejores valores para la construcción de su futuro.