En el Jardín de Las Cumbres, cada encuentro es una oportunidad para aprender, compartir y crecer con otros. Las Tutorías Verticales son un espacio especialmente pensado para que nuestros alumnos puedan detenerse, mirar hacia adentro y hacia los demás, y poner en palabras lo que sienten y viven en el día a día.

Un espacio para encontrarse

Durante las tutorías, los grupos se conforman de manera mixta, integrando alumnos de distintas salas. Cada grupo recibe el nombre de un animal que los representa, y con el tiempo, ese nombre se convierte en un símbolo de pertenencia y cuidado mutuo.
En estos espacios, los más grandes acompañan a los más chicos, ayudándolos, guiándolos y compartiendo experiencias que fortalecen el sentido de comunidad. La diferencia de edades enriquece el intercambio, todos aprenden de todos, y cada uno aporta desde su lugar.

Conversar, escuchar, construir
A lo largo del año, las tutorías abordan distintos temas vinculados con la convivencia, las emociones y los vínculos. Se habla sobre lo que significa ser parte de un grupo, cómo resolver conflictos, cómo expresar lo que sentimos o cómo cuidar de los demás.
A través del juego, la conversación y la reflexión compartida, los chicos se inician en la práctica del círculo de palabra, una herramienta valiosa que invita a escuchar sin interrumpir, hablar desde la propia experiencia y respetar la voz del otro. Este formato, simple y profundo a la vez, sienta las bases de una convivencia respetuosa y empática.

Aprender a convivir también se enseña
En Las Cumbres, creemos que aprender a convivir es tan importante como aprender a leer o a contar. Las tutorías verticales nos recuerdan que el colegio no solo transmite conocimientos, sino que también forma personas capaces de ponerse en el lugar del otro, de reconocer sus emociones y de construir vínculos sanos y respetuosos.
Estos espacios, llenos de color, risas y aprendizajes compartidos, son el reflejo de una comunidad educativa que crece en red, acompañándose y aprendiendo, siempre, juntos.